
Estamos acostumbrados a que a mediados de febrero tengamos solecito, los arboles casi en flor (el almendro ya está) y la terraza llena de tulipanes. Pero este año la primavera se está haciendo esperar. Solo he visto el sol un día esta semana, flores solo en los jarrones y los tulipanes han brotado, pero de sacar la cabeza ni pregunto.
El gorro es totalmente inventado, tejiendo en plano, y disminuyendo a ojo, al final lo cosí y quedó bastante aparente. En un principio era tamaño niño, pero al terminar decidimos que era mejor para el padre de la criatura (le llegaba a la nariz a la pequeña Chula). Y con la misma lana, un cuellito para mi pequeña, que no se apaña con las bufandas, las pierde y se agobia si se la aprietas mucho. Con el mismo dibujo (como todo iba a ser para ella…).
Y el último cuello es para una buena amiga que por fin voy a conocer en persona. Son esas cosas de la vida ciber, que tienes buenas amigas y no las has visto mas que en foto. Pero con este regalito espero que en su memoria no solo quede su visita a Madrid, también la calidez que se lleva (la de la lana y la de una buena amistad).




3 Comments
Raquel
21 de febrero de 2010 at 4:17 pmLa verdad es que los cuellos son super cómodos. Yo me estaba haciendo uno pero, como muchas otras cosas, lo dejé a medias.
Penélope
22 de febrero de 2010 at 2:04 pmLa primavera llegará antes de que acabes el próximo gorrito. .. o en cuanto la pequeña chula sonría otra vez!
RID
22 de febrero de 2010 at 10:05 pmSí!!!! qué ganas de primavera…Seguro que a tu amiga le encantará ese cuello. Es precioso!