¡¡El post de la semana ya está aquí!!!
Os traigo la esperada fórmula de la salsa de toffee de la receta de la semana pasada y una versión más densa para hacer caramelos. También os invito a un paseo por mi jardín secreto con el móvil en la mano y una app para identificar plantas que me tiene enganchada, PlantNet. Luego os muestro que tengo ahora mismo en mis agujas, y para terminar, un libro joya de esos que hay que guardar con cariño y visitar de vez en cuando, El pequeño teatro de Rebecca.
¿Estáis cómodos?, pues empezamos. Feliz lectura.
¿Estáis cómodos?, pues empezamos. Feliz lectura.
Receta de salsa de toffee y caramelos
Después del éxito de las recetas del post de la semana pasada, me habéis pedido la formula receta para hacer toffee…. pues os cuento un secreto. Es tan fácil hacerla que de secreta nada. Para hacer esta deliciosa salsa solo necesitas nata, mantequilla y azúcar moreno.
Nosotros la servimos caliente sobre el bizcocho, con escones, para tortitas o simplemente sobre una tostada. Os aviso que tiene todas las calorías del mundo, azúcar para mover un trailer y un sabor de llorar de rico. Os dejo la receta clásica con azúcar moreno, pero también se puede hacer con azúcar blanco (queda mas clara de color) o con azúcar de flor de coco. Este ingrediente es uno de mis últimos descubrimientos. Es un azúcar que se saca de la evaporación del néctar de la flor del coco. Dicen que es más sano que al azúcar refinado, contiene fructosa y más minerales que el azúcar moreno y tiene un ligero sabor a regaliz muy rico.
En cualquier caso, elijáis el azúcar que elijáis, el toffee es una de las delicias para consumir con moderación que si se hacen en casa, al menos controlamos los ingredientes.
Receta de caramelos de toffee
Los ingredientes son los mismos, pero varia la cantidada de azúcar y se le puede añadir esencia de vainilla:
100 gr. de mantequilla
100 ml de nata
250 gr. de azúcar moreno
una pizca de sal
Para hacer los caramelos se echan todos la nata, la mantequilla y el azúcar en el cazo y se ponen al fuego alto. Cuando todo se derrita y empiece a hervir, su volumen subirá mucho, con lo que es importante usar un cazo grande para que no se salga. Pasados unos 5 minutos, bajamos al fuego y echamos la sal y la esencia de vainilla al gusto.
Debemos remover de vez en cuando y comprobar que la temperatura no sube mas de 120º porque si no el azúcar se precipita de nuevo cuando se enfríe y queda grumoso. Cuando la espuma del toffee empiece a clarear, apagamos el fuego y con mucho cuidado lo vertemos sobre un molde engrasado o con papel de hornear.
La mezcla se solidifica muy rápido, pero hasta pasadas 5 horas de enfriado total en la nevera no estará listo para cortarse. Pasado este tiempo, desmoldamos y cortamos los caramelos con un cuchillo en cuadraditos de unos 2 cm. Los caramelos se conservan mejor envueltos en papel de celofán o de cocina porque si no se pegan unos a otros. Un truco para que no se peguen en el envoltorio es espolvorearlos ligeramente en azúcar en polvo o maicena.
Son una delicia y perfectos para regalar. Envuélvelos bien y mételos en un caja de metal para galletas, se conservaran mejor y siempre estarán con el punto justo de caramelo pasticable.
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La lana de mis agujas esta semana
Estos meses de trabajo en la redacción no me están dejando avanzar en mis proyectos tejeriles, con lo que por ahora estoy tejiendo cosas sencillas que puedo llevar en el metro y no requieren demasiada concentración en un patrón.
Así que ahora tengo en mis agujas un Jersey Espiral de Los retos de Lu en color cacao (color nº 710) con lana Astún de Lanas Stop. Me encanta este patrón porque se puede adaptar a cualquier lana y talla y es muy cómodo de tejer. Creo que me lo voy a hacer enorme, así que en cuanto empiece a crecer ya será un proyecto de sofá, que si no voy cargada como una mula todo el día.
El segundo proyecto, el mas fácil de pasear, son unos calcetines tejidos a la vez con aguja circular. La semana pasada Siona me enseñó a tejerlos juntos (por fin!!!) con una técnica super fácil para empezar por la punta y tejer el talón especial. Con lo que me gusta a mi aprender técnicas nuevas para tejer calcetines, estoy encantada con esta porque avanzas muy rápido (incluso con lana fina) y controlas mejor la lana que usas. LOs estoy tejiendo con una madeja comprada en Amsterdam de Cracy Zauberball en la mítica tienda Afstap.
Y para terminar, un poco de ganchillo, con mi aportación al mar tejido de Tejiendo Mares de Solidaridad con unos cuadritos, unas sardinillas y una enorme tabla de surf que estoy tejiendo, pero esa es otra historia y os la cuanto otro día.
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Mi jardín en la azotea
Una vez me preguntaron si vivía en el campo, y me eché a reír y a llorara a la vez. Ojalá! dije. Yo soy de campo nacida en ciudad pero siempre rodeada de plantas. Este amor mío por lo verde me viene de familia. Mi padre es un gran amante de las plantas, con sus arboles frutales y sus cuidadas violetas, recuerdos de mi infancia. Yo me crié en un barrio lleno de arboles y de flores, de jardines imposibles y de una alergia brutal a las gramíneas y al fresno, pero esa es otra historia….
Mis orígenes segovianos son de cultivar la tierra, de criar animales, de amor por la tierra. Y eso lo recuerdo en Madrid en la terraza vergel que tenía mi abuela, llena de pitas, de rosales y de hortensias. Siempre quise tener mi propio jardín, y llenaba mis casa de plantas, como aquella yuca gigante que casi no entraba en el salón y que me costó un triunfo meter en el camión de mudanza.
Algún día conseguiré tener mi trozo de tierra lleno de plantas, de flores y de frutas, pero por ahora me conformo con mi terraza en la azotea. Mis 22 metros cuadrados de macetas, casitas de cobaya, comederos de pájaros y ocasionalmente piscinita en verano. Este paraíso urbano se convierte en nuestro salón de marzo a octubre. Sentada en el estoy ahora mismo escribiendo esto y con un ojo puesto en un abejorro gigante que me acecha…
Otro día os enseño más plantas, cuando estén en flor o con los frutos ya maduros, porque de aquí a diciembre esto es una fiesta de insectos, flores y frutos.
Y si sois unos locos de las plantas como yo, esta aplicación que he descubierto leyendo Cambio16 (si señores, yo me leo la revista en la que trabajo, soy una diseñadora rara…) Se llama PlantNet y es gratuita. Funciona como el el Google de las plantas con un proyecto global para crear una base de datos mundial de plantas gracias a la contribución de los usuarios. Puedes hacer una foto a una flor, árbol o planta en cualquier parte del mundo y la app te busca similitudes en su base de datos.
Reconozco que estoy enganchada a ella, pero es que soy tan feliz cuando la tecnología nos hace la vida mas fácil y nos proporciona tanta información. Me esta siendo muy útil para reconocer algunas de mis plantas rescatadas.
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Esta semana leemos El pequeño teatro de Rebeca
El detalle con el que están cortadas las páginas y los efectos ópticos
2 Comments
malglam
15 de mayo de 2016 at 9:49 pmQué bonito el libro! Ya me he instalado la aplicación de las plantas… Hace unos años fantaseaba yo con implementar una así… Qué pena de no tener tiempo de nada.
Esther
17 de mayo de 2016 at 2:43 pmQué de cosas!!! Los caramelos… tentación pura. El libro un tesoro que hace tiempo está en mi lista y buah! la app de las plantas está bajando en mi móvil. Un abrazo 😉