Ya se que es muy tarde, tan tarde como que hoy es la tercera quedada y no había hecho aún la crónica de la anterior…. perdón!!!!
Pero el trabajo, un viaje maravilloso del que acabo de regresar, y que pronto os contaré, y los preparativos de dos acciones ganchilleras que tengo en marcha me han tenido todo el mes como gancho sin madeja.
Pero aquí está: La quedada empezó muy bien, con las habituales y con una invitada especial, mi madre. Si en algún momento de este periplo blogeril y ganchillero alguien ha pensado que soy buena en esto, entonces es que no conocéis a mi madre. Ella es la responsable, junto con mi abuela, de esta obsesión por los hilos, las lanas y las telas. Y como no podía ser menos, ella se convirtió en el centro de atención, con sus consejos, la cantidad de cosas ganchilladas que nos trajo para enseñar y la cantidad de ideas que comparte con todo el mundo (¿os suena de algo? jajajaja).
Las delicias de esa noche corrieron a cargo de Diana con unas chocolatinas con forma de sardina, realmente deliciosas!! La pobre no pudo dar ni un punto, que una tendinitis la tiene de baja ganchillera. Espero que hoy se encuentre mejor. Y antes de terminar la velada, aparecieron dos de mis antiguas alumnas de las clases de bordado. Un sorpresa llena de setas y «niñas bipolares».
Otra gran incorporación fue mi amiga Ana de Espacio Crochet, que últimamente se había pasado al lado oscuro de las dos agujas y nos sorprendió con sus compras en el Gato Negro. Una lana para alfombras muy gorda y muy bonita de color. La fiebre de las alfombras con ganchillo XXL nos invade!!!
Y estábamos tan animadas que hasta Teresa se animó a prender. Ella que todo lo sabe sobre aguja e hilo, descubrió que el ganchillo también es divertido. Haciendo cadenetas la dejamos, hoy la enseño a hacer patas.
Y para finalizar, el reto que las propuse para la quedada de hoy era el pan, con los apuntes de inspiración y un tirón de orejas a las que no habían hecho los deberes.
Nos vemos esta tarde!!!!
