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Una de sushi, por favor


Ración individual de sushi, para disfrutar tranquila en casita. Envasada al vacío, con los palillos incluidos. Me faltó el sake, pero no se me ocurrió como hacerlo, la verdad. 

Este es uno de la larga serie de trabajos que tenía pendientes y que por fin estoy terminando. Me lo he pasado en grande haciéndolo. Es un regalo para mi a amiga Chabela, que se vuelve loca con el sushi, que trabaja en moda y lo tiene todo. Entonces, ¿que se le regala a alguien que lo tiene todo y tu presupuesto no da para mucho mas que un bolsito de hacheieme (h&M)? 
Pues un buen almuerzo japonés, con makis, sashimi, roll y nagiri, verduritas frescas, un poquito de salsa de soja, wasabi. 
La intención era hacerlo todo de ganchillo, pero había cosas, como el jengibre, que me estaba pidiendo a gritos un poco de fieltro. Y como el fieltro y la lana son primos, pues todo queda en familia.

Es un tipo de trabajo que me permite hacer otras cosas , ya que las piezas son pequeñas y las podía hacer en el metro. No os cuento la cara de la gente cuando empiezan a adivinar lo que esta tejiendo. Supongo que la fama de» la loca que teje en la línea 5 » no me la quita nadie.
Pero quizá, lo mas divertido ha sido jugar con mi pequeña a comer con palillos. Se empeñó en que la enseñara (ella, que apenas consigo que coja el lápiz correctamente, que amontona los dedos en el borde de la mina para dibujar).
Ha jugado como una loca a dar de comer los bocaditos a sus muñecos, a mi, al perro y hasta a su padre, que no le gusta el sushi, pero por su niña se lo traga. Su estilo es de palillo en cada mano, vamos, que ha desarrollado muy buena maña, y si alguno se le escapaba, pues lo trinchaba y listos!.
Le dije a Chabela que este regalo era para jugar, para acordarse de cuando era pequeña y jugaba a las comiditas. Para que no se le olvide en la batalla diaria que el ratito de» tontear» es sagrado. Que nos hace recordar quienes somos, quienes hemos sido y quienes queremos seguir siendo. Que el juego es pasión e imaginación, y que ser pequeños de nuevo un rato al día es un lujo que por ahora es gratis (y que lo siga siendo!!) Yo por suerte tengo a una personita de 3 años, (y a otra de 32, que a veces parece que tiene 10) que me lo recuerdan y que me obligan a soltar el ratón y a jugar a lo médicos o los gatitos.
Lo dicho, a jugar a las cocinitas!!

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