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Tiempo de salir al jardín

Por fin es tiempo de salir a la calle, al jardín o a la terraza. Para mi la primavera significaba, hace unos años,  alergia y empezar a huir del sol. Pero con el tiempo la primera he conseguido dominarla, y al segundo le mantengo a raya gracias a las nuevas cremas para el sol (que son del F50 sin parecer una pálida momia y por fin no huelen a piscina)
Así que nos hemos puesto a limpiar la terraza, a plantar las semillas de verano y a disfrutar de los narcisos y los tulipanes que plantanos el otoño.

 Además ya podemos disfrutar de las tardes de tejer y leer. Mi nuevo libro de naturaleza «Descubrir, disfrutar y degustar el bosque» está siendo un gran descubrimiento. Desde los contenidos, hasta la ilustración, es un libro para guardar y visitar en cualquier estación y paseo por el campo.

[«Descubrir, disfrutar y degustar el bosque», de Amanda Laporte, ToniMOnné y Astrid van Ginkel. Con ilustraciones de Ángel Dominguez. Editorial Larousse]

Las macetas semilleras de plástico con fibra de coco en vez de arena, son perfectas para sembrar con niños por lo limpio y sencillo. Y las semillas de las plantar aromáticas, además, crecen muy rápido, con lo que entender el proceso de siembra se les hace menos largo.

Los Tulipanes Princesa Inés comprados en verano en Amsterdam han empezado a florecer y son de un rojo brillante en la punta y naranjas bateados en la base. Pero la joya de este año de las flores son los tulipanes negros. En realidad no son negros del todo, son de un rojo muy intenso y con una textura aterciopelada maravillosa.

También hemos aprovechado para reciclar todas esas cosas que me voy encontrando y que «adopto». Con un asiento de los banquillos del campo de fútbol del barrio y una caja de fruta hemos improvisado un asiento auxiliar.

A mis niños les encanta estar fuera, y la mayor esta iniciando al pequeño en el arte de regar. Me encanta ver como tiene la paciencia de enseñarle y como el la mira con interés y aprende. Al final terminaron los dos con el pijama empapado y muertos de la risa, pero bueno… ¡Son cosas de la jardinería!

Y el toque final de esta limpieza de primavera ha sido reciclar unas botas de agua viejas y rotas en unos zuecos para regar. Esta manualidad os la cuento paso a paso en el post mensual de Labores en Red. Porque en esta casa no se tira nada y casi todo puede tener una segunda vida.

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