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Mi pan de gracias

Os hice pan, pan para dar las gracias.
Ayer publiqué en mi cuenta de Instagram que me tomaba un descanso. Y fueron tantos los mensajes y las palabras de animo que me veo en la obligación moral de dar las gracias con un pan. Y de paso, ya que nos comemos este pan entre todos, os cuento las razones de mi descanso, o mas bien de mi reforma.

Pan de centeno, cúrcuma y sésamo

Es muy fácil contactar conmigo, conocer lo que hago e incluso ver lo que yo veo. A través de mis cuentas en Twiter, Pinterest, Instagram, Facebook (esta es privada, aunque bastante grande) y de las cuentas colectivas de Lana Connectión (Facebook, Twiter y Blog) Os podéis hacer una idea del universo donde nado. Tan fácil tan fácil que si me mandas un mail es posible que te lo conteste en las siguientes 12 horas (no hagáis la prueba todos a la vez, por favor!!)
Y aun navegando por ahí, no sabríais ni la mitad de las cosas que pasan por mi cabeza, ni por mi día a día, os lo aseguro. Pero como bien me dijo un amigo «la desnudez es bella, pero a veces provoca constipados», a veces hay que cerrar la ventana.

Esto va seguir siendo igual, pero lo mismo tardo mas en contestar los mensajes. Esta parte de la explicación va mas por lo personal y por la necesidad de dedicarle mas tiempo a mi vida de carne y hueso, l¡a la que es táctil de verdad, no la del smartphone.

Es un pan un poco amargo, de un color azafrán suave y de miga muy compacta.

Otra de las cosas que me caracterizan es la generosidad, y si, lo digo así son tapujos. Soy generosa porque comparto sin condiciones, porque reparto lo que tengo y no porque me sobra. Es una de las pocas virtudes que tengo así que me vais a perdonar que presuma de ella.
En mi profesión (el diseño gráfico y editorial) el celo profesional es una constante, o al menos lo era. Yo llegue a tener jefes que tapaban su pantalla cuando entrábamos en el despacho para que no viéramos que hacían; compañeros que por no compartir conocimientos empobrecían el trabajo en equipo y maestros que enseñaban solo hasta donde ya no podías acercarte a ellos.
Y eso, amigos mios, es una mierda como un castillo. Porque estoy convencida de que compartir es enriquecer, crecer y nutrir, a uno mismo y a los demás.
Por esa razón, en esta pantalla mas personal y mas manual, siempre quise contar las cosas como yo las aprendo, como yo las enseño y como yo las siento. Porque no era el mundo competitivo de ahí afuera, porque yo no como de esto y porque precisamente por eso, los rugidos de mi estómago no despiertan a la hiena. En cualquier caso, los que me conocen bien saben que en mi trabajo soy maestra, tutora y jefa, que no me callo nada, pero nada de nada, ni lo que se ni lo que siento (algún disgustillo me he llevado por esto, pero esa es otra historia). Que compartir es hacer que tu equipo sea cada vez mejor y mas fuerte, y que tu seas mejor con ellos.

Yo lo tomo solo con mantequilla salada, para potenciar todos los sabores

Y aquí es donde empiezan las reformas. Voy a seguir siendo generosa (es mi naturaleza), pero con filtros. Como buena entusiasta de la vida, suelo ir mas deprisa que mi propia mente, con lo que me puede el ansia de enseñados lo que hago. Unas veces es un simple colacao (si, este mundo a veces es tan absurdo que le damos importancia hasta a los grumitos….) y otras veces el nacimiento de algo mas grande. Y es ahí donde se me olvida que la ventana esta abierta. Así que voy a poner una mosquitera, un tamiz para que no salgan tantas cosas, pero sobre todo para que no me entren mosquitos.

Algunos de los comentarios que me dejasteis hablan de copiar, de plagio, de malas artes y de toxicidad. Quiero aclara que no ha pasado nada en concreto, que pese a algún contratiempo sin mayor importancia, todo esto no es por que me copien. Si uno enseña lo que hace, lo mas lógico es que alguien lo copie. Ese no es el problema, no al menos el mío. Pero si es un problema que algo que puede ser un desarrollo para mi pierda la importancia o la ocasión por precipitarme. El error es mío, no la mala fe de otro.

Esto significa que voy a seguir contado que tengo en el horno (en el de la cocina y en el de la cabeza), que estoy tejiendo (siempre y cuando no sea algo que esta en proceso de desarrollo) o que estoy plantando. Y voy a seguir subiendo fotos, pero con tamiz.

Y voy a darle mas cariño a mi blog, este que en breve cumple 8 años (¡¡si tía, 8!!! para que luego digan que una es una aficionada!). Y os contaré los procesos creativos a posteriori, no tan en directo como antes. Porque creo que el proceso es importante para entender el resultado, y porque sigo creyendo con los ojos cerrados en compartir.

Mi objetivo es muy sencillo y muy ambicioso a la vez. Si con mi ventana consigo inspirar tan solo a uno de vosotros y resulta que sois capaces de hacer algo mas bonito y compartirlo también, entonces este mundo seria mas bello, mas creativo y mas generoso. De entre todos vosotros hay una persona que va a cambiar este mundo para mejor (o a influir en esa persona, no sabremos en que siglo o dimensión), y yo quiero haber participado de ello en lo que se hacer mejor.

Y hasta aquí nos ha dado la tostada que estábamos compartiendo. Voy a ponerme una bufanda en este comienzo de primavera tan frío y a curarme el constipado. Buen provecho y os abrazo.

 Lo mejor de la primera rebanada es saber que aun te queda pan en la panera.

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