Bienvenida Primavera

Este año me ha costado sentir la llegada de la Primavera. Entre dolencias, contratiempos y picos de trabajo apenas he tenido tiempo de salir fuera y disfrutar del cambio de estación. De hecho quise hacer un cuaderno de Primavera y ya vamos por la tercera semana… Así que he decidido fluir y dejar que esta vez venga a mi cuando tenga que ser.

Un rato en el jardín repasando el progreso de los arboles, un paseo por el río mojándome los pies en las aguas del deshielo y un poco de meditación creativa han hecho su magia.

Las flores aun son tímidas, pero empiezan a salir en los prados. Porque en los arboles ya están a tope los manzanos, los ciruelos y los almendros.

Un poco de paseo consciente, descalza, meditando en movimiento y sintiendo el sol en la cara es una medicina muy potente. Yo uso la aplicación Calm para meditar, pero a veces solo necesitas sentarte en una piedra, cerrar los ojos y respirar profundamente un par de veces.

Escuchar a tu alrededor, escanear el cuerpo sintiendo tu peso en el suelo, la ropa sobre el cuerpo y la calidez del aire entrando en tus pulmones. Abrir los sentidos al entorno y andar despacio sintiendo los pies, las piernas y el ritmo de la respiración. Mirar las cosas con ojos nuevos y sentirse parte.

Y en ese estado de comunión, crear desde los medios que tienes a tu alcance. En este caso hice un telar natural con «encontrados» en mi paseo. Flores, plumas, huesos, hojas, brotes, lana de oveja enganchada en los cardos… un museo de tesoros naturales a modo de herbario improvisado.

Y después de un rato de contemplación y de cantar, grabando en mi memoria los sonidos y los olores, he devuelto a la naturaleza sus dones. Un obsequio para las hadas del bosque o para la siguiente loca que se de un baño de bosque por estos lares.

Feliz primavera amigas.

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