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Colgando de una higuera


Así me gustaría estar a mi, colgando de una higuera y no cayéndome nunca. Relajadita entre sus ramas, haciendo el mono y comiendo brevas. Pero no, aquí estoy, con los calores del verano madrileño, en pleno cierre (para variar, que parece que me paso la vida de cierre!!, bueno, la verdad es que así es) y con ganas de vacaciones.

Tengo tantas ganas que creo que sueño hasta con ellas. No hay grandes planes, pero el campo es siempre la mejor opción. Ni la economía mundial ni la familiar nos da para mucho mas, la verdad. Un poco de playa si echo de menos, pero trataremos de escapar a estrenar el bañador, aunque sea un fin de semana robado.
Mientras,  en la huerta de los abuelos, la piscinita en la terraza y las guerras de agua (que son las únicas que se toleran en casa) son nuestras pequeñas vacaciones de dos días que nos recuerdan que se acercan las de UN MES!!!
Es la primera vez en tres a años que consigo juntar tantos días seguidos, y tengo tantos planes que creo que al final voy a dejarme llevar y a ver donde terminamos (vacaciones de pensar también son válidas, no todo va a ser sol, agua y tinto de verano, que la neurona está cansada)
Mientras, voy preparando cositas para el verano, como este bolsito para la nena. Es un bolso que nace de la necesidad de dejar de llevar miguitas y palitos y piedritas en el mío. Cada vez que vamos al parque, o simplemente por la calle, ella coge algo del suelo (un buen día se me ocurrió contarle que mi hermana y yo buscábamos tesoros de pequeñas, como pinzas, palitos, piedras bonitas, hojas, pétalos,…. tesoros  abandonados, y claro, le encantó la idea), y me lo da como un regalo. Y claro, como voy yo a renunciar a un regalo de ella.
Pues al bolso. Y al final termino sacando en una reunión, mientras busco un boli, uno de estos tesoros (piedritas, una bellota, un palo-varita mágica…. etc.). Menos mal que todo el mundo sabe como soy y no les sorprende ya (hubo un tiempo en el que sacaba chupetes y galletas medio deshechas, y dependiendo del cliente, era un poco violento, la verdad)
Lo dicho, que ya eres mayor para llevar tu propio bolso de tesoritos, le dije, y acto seguido se lo cuelga y mete a su perro favorito (el de dormir-llorar-moquear-y pelearnos para lavarlo). No, este es el del guagua, hazme otro para los tesoritos, vale?

Así que en esas estamos. Tu proyectas un craft, lo haces con cariño, le pones un forro (por cierto, que difícil es poner un forro cuando lo haces por primera vez), una cinta en el asa para que no se de sí, y va ella y decide que tiene otra utilidad. 
En fin , es suyo, y ella mejor que nadie sabe cuales son sus necesidades estilísticas. Dicho esto, es verdad que no lo suelta, y no hace mas que llenarlo y vaciarlo todo el rato, como buscando el contenido ideal para el. Un gusto que le guste tanto, y un alivio llevar el bolso limpito (el mío). Seguro que al final echo de menos las migas, que me conozco.

3 Comments

  • termenon

    24 de junio de 2009 at 8:34 am

    Que no sabes la ilusión de reencontrarte aquí, en la calle fuencarral, en una pelu (ya poco que uno se va quedando calvo) o en cualquier rincón del mundo…
    Nos hacemos mayores y era tan simple como ir caminando, tan rápido como los pasos que se dan, y tan bonito el tener a gente que te agarra y te dice ¿te acuerdas?… pues claro!!! cartas llenas de brujitas y telas de arañas y me encanta tu pequeñaja!!! disfruta del verano y nos seguimos la pista guapa entre las guapas… Fíjate bien en el post de Primavera en mi blog y dime si no te recuerda a tu hermana!!! (no es ella pero me parece tan curioso que hayas dado conmigo justo en ese momento) Besinos mil desde cabo de gata

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