La Navidad es tiempo de compartir y celebrar. Y de celebraciones es esta receta que os traigo hoy. Más que receta es un truco para hacer un enfriador para botellas muy decorativo y duradero. El único inconveniente es que solo sirve para botellas con alcohol ya que no se congela en el proceso.
Para hacerlo necesitamos sobre todo ramitas, bayas o semillas variadas para darle color al enfriador. Nosotros vivimos cerca de un gran parque, con lo que en cualquier paseo siempre recogemos muchos tesoros. Y lo que no encontremos lo podemos comprar en la floristería. No os recomiendo usar flores grandes ni muy delicadas ya que se estropean en el congelado.
Pensé que me iba a estar encontrar un recipiente ovalado para la botella de vodka que he elegido, pero por suerte tenía una cubitera de plástico perfecta.
Lo primero que debes hacer es colocar la botella dentro de la cubitera y rellenar el hueco con las ramitas y frutas elegidas. No las coloques mucho, deja que caigan y se coloquen sin orden, le darán un toque mas natural.
Os aseguro que dura mucho el hielo y la botella muy fría. Y conforme se derrite el hielo va descubriendo sus tesoros de ramas y flores atrapados en el mar helado del enfriador de botellas.
Y como extra os cuento un truco…. Si queréis hacer un enfriador con una botella que contenga poco alcohol y no queréis que se congele Como por ejemplo una botella de vino blanco, colocad en la cubitera un cilindro de metal o el recipiente de la batidora vacío.
Cuando se congele el exterior podéis retirarlo echando un poco de agua caliente en el interior del recipiente o cilindro y así poder meter la botella que queréis enfriar. Rellena con un poco de agua y congela unos minutos. Lo justo para que se adhieran las dos partes y queden alrededor de la botella.