Para comenzar necesitamos tres tipos de hilo distintos (o tantos como colorido queremos que tenga el mandala) Yo elegí el plata, lila y blanco dorado de la gama «shabby chic» que son muy delicados y brillantes. Vamos a necesitar también palitos de madera de los que se usan para hacer brochetas y unas tijeras.
Comenzamos quitando la punta a un palito y cortándolo después por la mitad.
Atamos las dos mitades por el centro con un extremo del primer hilo que vamos a usar, y le damos varias vueltas sujetando fuerte. A continuación abrimos los palos colocándolos en cruz y damos varias vueltas de hilo ajustando bien.
Y a partir de ahora vamos a rodear cada palito con el hilo siguiendo la misma dirección y rodeando una vuelta entera cada vez. es importante tirar fuerte del hilo para evitar que se suelte, y así queden todas la iguales.
Cuando llevemos un tercio del palito, cortamos la hebra y hacemos un nudo. Ahora vamos a cambiar de color y a continuar con la misma técnica. Anudamos el extremo del color nuevo y repetimos las vueltas a los palitos en la misma dirección.
Podemos hacer esta operación una tercera vez con otro color, combinando los colore a nuestro gusto. Cuando terminemos rematamos la ultima hebra y ya tenemos nuestro mandala terminado.
Lo que mas me gusta de esta anualidad es que la puedes ver por los dos lados y es distinta. También puedes hacerla con mas palitos y recrear estrellas o combinar las direcciones del giro de los hilos para crear niveles y texturas.
También puedes probar a hacerlo con palos mas gruesos y a tamaños superiores o con muchos colores. El resultados son elementos decorativos muy vistosos, para colgarlos en la ventana, en la pared del cuarto de los niños, en tu estudio o para hacer un regalo vistoso y colorido.
Y viendo lo bonitos que quedan me recuerdan a los copos de nieve, así que me guardo la idea para decorar el árbol de Navidad el año que viene.