Es domingo, y alejados de la idea de reposar en este entrenamiento marine que es tener familia-trabajo-ocio, es día de cocinar. En casa se cocina el fin de semana para tener comida rica toda la semana, así que es tiempo de purés, pollo asado, bizcochos y demás recetas que aguantan bien en la nevera. Si tenéis niños en casa o, como en mi caso un conpañero que no le entusiasma mucho la verdura, esta receta es una manera muy sabrosa de hacer el brócoli. Puedes hacer una bandeja grande y guardarla en la nevera varios días, comerlo como plato único o poner trozos más pequeños como acompañamiento para otros platos. A nosotros nos gusta mucho como aperitivo frío poniéndole un poquito de mayonesa encima.
La receta es muy rápida y sencilla, y no requiere mucha destreza en la cocina. Es opcional usar hojaldre o masa quebrada tan típica de las quiches tradicionales. En ocasiones las hacemos sin masa para que sean más ligeras.
Para hacerla es importante que los ingredientes sean frescos, pero si no tenéis brócoli fresco el congelado también vale.
Ingredientes:
Masa de hojaldre o masa quebrada ya horneada en la bandeja o recipiente donde vamos a hacer la quiche.
100 gr. de queso rayado.
150 gr. de jamón Serrano cortado en dados. Preferiblemente que no esté muy curado ya que el jamón sale muy salado cuando se cocina y podría echar a perder la quiche.
300 gr. de brócoli fresco o congelado.
400 gr. de leche.
100 gr. de nata par cocinar.
40 gr. de harina o maicena.
40 gr. de margarina o aceite de oliva suave.
4 huevos.
Un pellizco de sal (si os gusta más sabrosa la comida, si prefería más suave, evitamos la sal que ya se la aporta el jamón) y pimienta molida.
Receta:
Una vez horneada la masa hasta que se queda dorada, sacamos la bandeja del horno y dejamos reposar hasta que la mezcla este lista para verterla. El molde para una quiché debe tener entre 4 y 6 cm de alto para que la masa se haga bien y quede jugosa.
Ponemos a cocer en una cazuelita con agua hasta que los cubra el brócoli troceado descartando los tallos más duros (que se pueden guardar para hacer puré, nunca tirarlos que tienen mucha fibra)
Cuando este cocido, se escurre y te tritura un poco aplastandolo con un tenedor.
Mientras, troceamos el jamón en daditos pequeños para que no dificulten mucho la masticación de los más pequeños.
En un cazo más grande ponemos la leche, la nata, la harina diluida previamente con el aceite (este truco es muy bueno para evitar grumos cuando hacemos bechamel o salsas que necesitan harina para espesar) la sal y la pimienta. Lo ponemos a cocer a fuego lento removiendo todo el rato hasta que está a punto de hervir. Se retira del fuego y se deja reposar un poco para evitar que los huevos se cuajen al incorporarlos después. Se incorporar los huevos batidos previamente, el jamón y el brócoli. Se mezcla todo con suavidad y se vierte sobre la masa ya horneada que teníamos reservada.
Le espolvoreamos el queso rayado por encima y lo metemos al horno precalentado a 180º unos 20 minutos (el tiempo varía según el molde, si es muy alto necesitara un par de minutos más, si es muy bajito con 15 minutos estará hecho de sobra.
Recordad que es un pastel que crece un poco en el horneado, y luego suele bajar cuando se enfría.
Y como ya os dije antes, se puede servir caliente como plato único, tibio con salsa de tomate por encima o frío con mayonesa.
Espero que os guste la receta y que la disfruten vuestros peques (y no han peques 😉
Feliz Domingo!
2 Comments
Anita Patata Frita
24 de febrero de 2014 at 8:22 amEn nuestra casa también se cocina en fin de semana para toda la semana 😉 tomo nota de esto, tiene que estar rico rico
RID
25 de febrero de 2014 at 6:21 pmQué pinta!!!! ñammmmmmm!